lunes, 3 de junio de 2019

Lindy Hop: de la sintaxis a la imitación

Cuando empecé a bailar lindy hop acababa de terminar estudios de psicología, y estuve muy tentado de comparar el lindy hop con un lenguaje con sus reglas combinatorias, con sus normas abstractas y su vocabulario. Lo publiqué en su día en mi blog.

Sin embargo poco a poco he ido cambiando de manera de entenderlo. Creo que no es tanto un lenguaje como un conjunto de bromas, o referencias, o guiños, o imitaciones. No sé qué palabra puede ser más adecuada.

Tomemos como ejemplo el tuck turn. Teóricamente un tuck turn está guiado en cada movimiento, primero el rockstep rotacional, el cambio de energía del primer triple step y luego la conclusión del paso en la otra dirección con otro triple step. Sin embargo, si hacemos el rockstep como si fuéramos a hacer un tuck turn en un contexto natural, no de clase sino de baile social, aún antes de cambiar la dirección de rotación en el primer triple step el follower ya se espera un tuck turn. Teóricamente no debe ser así, hay que tener la mente en blanco, no esperar nada y todo esto que siempre se le dice a los followers, pero lo cierto es que en la práctica se está haciendo esa mini secuencia.

Cualquier variación del tuck turn que se quiera hacer, como por ejemplo no hacer el cambio de dirección de la rotación (y hacer un inside turn), realmente hay que hacerlo notar de alguna manera. En clase muchas veces se trata de que no sea así, pero lo cierto es que en baile social suele ser así.

Aunque hay un lenguaje para conectar y poder transmitir el movimiento de uno al otro, el lindy me parece más una colección de pasos clásicos muy llamativos. También ocurre con el tándem, por mucha conexión que queramos que haya, de entrada vamos a tender al básico de 8 de charleston con rockstep con la izquierda.

Hace poco, en una clase con Gurutz y Aiala de Big South, hablando del hacksaw, del guiaje y del marcaje Gurutz comentaba que muchas veces nos centramos en la técnica física de liderar una figura y nos olvidamos de que estamos bailando. El simple hecho de bailarlo hace que ya estés proponiendo esa figura a otra persona, y que esa persona simplemente reconozca la propuesta.

Creo que a veces la gracia del lindy más que la absoluta improvisación, que obviamente también la hay, es más la broma de estar bailando como gente que nos gusta mucho como baila, de hacer pasos famosos y vistosos, y también de añadirles nuestra propia variación, o hacerlos con especial gracia o combinarlos de una manera inesperada.

Esto se me ha ocurrido viendo este maravilloso vídeo de los Harlem Hot Shots, lleno de referencias y guiños a las escenas clásicas de lindy hop:


Así pues, claro que existe un lenguaje del lindy que hay que saber hablar más o menos, pero también la gracia está en bailar como lo hacían en Harlem en los años 30, o como Rikard y Pamela hoy en día. Parte de la gracia está en esa imitación, en esa broma. ¡Y no pasa nada!

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